miércoles, 30 de mayo de 2007

Está bien...




Está muy bien quedar un sábado a las seis y concentrar todos los pensamientos en una de nosotras que no está. Porque no debe estar. Porque si no no tendría gracia ni sería sorpresa ni nada de nada... y recorrer mil tiendas, o dos... porque yo tenía muchísimas ganas de tomarme una cerveza... o dos porque enseguida vimos la luz y no hizo falta dar más vueltas... o dos porque en estos pocos años nos hemos tomado el pulso las unas a las otras bastante bien (no deja de sorprenderme cómo la amistad no sabe de edades para aparecer... -momento ñoño- ... y cómo, cuando aparece, ya no se va. Hay un momento en el que sabes que ya no se irá.)... o dos porque, como muchas cosas en la vida, a veces simplemente es cuestión de suerte. Así que está muy bien entrar con dos de vosotras en una farmacia y comprar condones y hacer el gilipollas y reírnos hasta con la farmacéutica. Mentiría si dijera que la primera vez que hice esto con dos amigas -lo del gilipollas, la farmacia y los condones- no pude reírme con la farmacéutica por no haber conocimiento de causa, porque la primera vez que lo hice -que LO HICE y que entré en una farmacia a por condones no lo hice con amigas ni riéndome; lo hice sola y no hubo chistes ni farmacéuticas compinches ni nada de nada, me da una caja de 12 (sí, payaponi, realmente no me asustaba la idea de no poder echarme 12 polvos antes de que caducasen), tenga, muchas gracias... así que nunca hubiera sido igual, pero yo el sábado, entre guasa y guasa, tuve la sensación de compartir, desde la distancia, algo que hubiera hecho ya de adolescente. Y en realidad fue como un déjà vu aunque no lo fuera tanto. Porque es así, y ahí está la magia, que de repente surge la amistad con casi o más de 30 años o 50 o 79... y uno siente como si llevara con esa gente toda la vida -momento ñoño 2-. Así que ahí os dejo, con la foto del libro que después compramos riéndonos en el sex shop -que ni siquiera era un sex shop-, como si volviéramos a tener quince años... pero no quince años cualquiera, como si hubiéramos compartido los quince años! Supongo que, como la siesta, afecta también que acabe de beberme media botella de vino, pero tenía ganas de decíroslo.

4 comentarios:

Lui Lu dijo...

y... por cierto... las que no estabais el sábado allí... he sentido lo mismo mil veces con vosotras en distintas ocasiones. En realidad éste era un post general. (Creo que escuchar Nick Cave sin parar durante 3 días también influye).

Lui Lu dijo...

momento me comento a mí misma. Lo peorrr...Joder, pero es que ya os habéis marchado a casa!

NIÑA PAYOPONI dijo...

ferreteria, para mí también fue una tarde mágica, después nos comimos la oreja mutuamente y salieron vaaaarioooos momentos ñoños.... y que sería de la vida sin estos momentitos, einnnn??
Por cierto que me pido tercer para el libro. Cuando me llegue estará más sobao....

La Faraona dijo...

Linda, no lo había podido leer hasta hoy...yo también sentí lo mismo y me reí mucho y también volé...y es, gracias a esos momentos, por los que sigo caminando pasito a paso