Llego de un pesado viaje en coche en el que la frustración por no avanzar y el deseo de llegar a mi casa han ido desvaneciéndose poco a poco al tiempo que, para entretenerme, he puesto una de mis listas favoritas en el IPOD, en castellano y de canciones que más o menos me sé, pensando que si iba canturreando el atasco se me haría más ameno y mucho más corto el viaje. Pues bien, esa lista es un CD que me regaló el verano pasado un amigo querido al que le estoy perdiendo la pista pero al que siempre recordaré gracias a este gran Album. Se trata de “Hasta Otro Día, Chicho Ibáñez Ferlosio” de ese gran Cantautor Leonés (o Berciano, no vayamos a herir sensibilidades) que es Amancio Prada.
Parece mentira que teniendo origen leonés, habiendo escuchado cantidad de “trovadores” suramericanos, hubiera considerado siempre a Amancio Prada como un personaje muy ajeno (ese señor qué canta, ¿jotas?). Está claro que lo que me unía en aquella época a otros trovadores más distantes era la temática revolucionaria (por aquella época la sangre me hervía) y desde la ignorancia, pensaba que ningún cantautor “del Estado”, que no fuera vasco o catalán, (así es como ciertos sectores llaman a España en el País Vasco) pudiera llegar a hacerme hervir la sangre como aquellos.
Pues bien, ahora que puedo ver las cosas desde cierta perspectiva, que tengo muy superados muchos complejos, que puedo hablar de mi misma como vasca, como española y como ciudadana del mundo, ahora que la política es de las cosas que menos me hace hervir la sangre (si no es para cabrearme con sus mamoneos), descubro con gran placer y emoción al gran Amancio, y de rebote a Agustín García Calvo (al que se puede escuchar los miércoles en la tertulia del Ateneo y del que ya he leído algún que otro libro que el mismo amigo que me regaló el CD me regaló) y a Chicho Sánchez Ferlosio, amigo de los dos anteriores y al que han dedicado este maravilloso disco.
Pues bien, no puedo hablar más de ellos, sólo os copio una da las Canciones de Amancio, que surge de un increíble poema de Agustín, y os aconsejo que si tenéis un ratito de relax, la escuchéis. Espero que os emocione tanto como a mí.
TÚ, CUYA MANO ME HA BAÑADO
Tú, cuya mano me ha bañado
de un fuego transparente las espaldas,
cuyos ojos en claros naufragios hundieron
algunos principios elementales de mi alma,
tú, eres mi patria.
Tú, que no tienes apellido,
que no sé si eres pájaro o alcándara,
que de todos tus brazos las letras de plomo
cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas,
tú, eres mis padres,
y mi patria.
Tú, que ni tú te acuerdas dónde
tendiste a orear las nubes blancas,
que de tantos amores que tienes confundes
el nombre de todos los días de cada semana,
tú, eres mi Dios,
y mis padres
y mi patria.
Tú, que tan dulcemente besas
que el cielo bocabajo se volcaba,
y que no se sabía de quién ya la lengua,
de quién la saliva, de puro sabrosa y templada,
tú, eres mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Tú, que apacientas calaveras
por las praderas de la verde África
y a los rojos leones les echas de pasto
las rosas de leche de aquella luna de Sumatra,
tú, eres mi ejército
y mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Eres mi ejército y mis leyes
y mi Dios y mis padres y mi patria,
y el ejército y Dios y las leyes
y todos los padres y patrias se creen que tú no eres nada
que no eres nada.
Canción de Amancio Prada
Poema de Agustín García Calvo
Parece mentira que teniendo origen leonés, habiendo escuchado cantidad de “trovadores” suramericanos, hubiera considerado siempre a Amancio Prada como un personaje muy ajeno (ese señor qué canta, ¿jotas?). Está claro que lo que me unía en aquella época a otros trovadores más distantes era la temática revolucionaria (por aquella época la sangre me hervía) y desde la ignorancia, pensaba que ningún cantautor “del Estado”, que no fuera vasco o catalán, (así es como ciertos sectores llaman a España en el País Vasco) pudiera llegar a hacerme hervir la sangre como aquellos.
Pues bien, ahora que puedo ver las cosas desde cierta perspectiva, que tengo muy superados muchos complejos, que puedo hablar de mi misma como vasca, como española y como ciudadana del mundo, ahora que la política es de las cosas que menos me hace hervir la sangre (si no es para cabrearme con sus mamoneos), descubro con gran placer y emoción al gran Amancio, y de rebote a Agustín García Calvo (al que se puede escuchar los miércoles en la tertulia del Ateneo y del que ya he leído algún que otro libro que el mismo amigo que me regaló el CD me regaló) y a Chicho Sánchez Ferlosio, amigo de los dos anteriores y al que han dedicado este maravilloso disco.
Pues bien, no puedo hablar más de ellos, sólo os copio una da las Canciones de Amancio, que surge de un increíble poema de Agustín, y os aconsejo que si tenéis un ratito de relax, la escuchéis. Espero que os emocione tanto como a mí.
TÚ, CUYA MANO ME HA BAÑADO
Tú, cuya mano me ha bañado
de un fuego transparente las espaldas,
cuyos ojos en claros naufragios hundieron
algunos principios elementales de mi alma,
tú, eres mi patria.
Tú, que no tienes apellido,
que no sé si eres pájaro o alcándara,
que de todos tus brazos las letras de plomo
cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas,
tú, eres mis padres,
y mi patria.
Tú, que ni tú te acuerdas dónde
tendiste a orear las nubes blancas,
que de tantos amores que tienes confundes
el nombre de todos los días de cada semana,
tú, eres mi Dios,
y mis padres
y mi patria.
Tú, que tan dulcemente besas
que el cielo bocabajo se volcaba,
y que no se sabía de quién ya la lengua,
de quién la saliva, de puro sabrosa y templada,
tú, eres mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Tú, que apacientas calaveras
por las praderas de la verde África
y a los rojos leones les echas de pasto
las rosas de leche de aquella luna de Sumatra,
tú, eres mi ejército
y mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Eres mi ejército y mis leyes
y mi Dios y mis padres y mi patria,
y el ejército y Dios y las leyes
y todos los padres y patrias se creen que tú no eres nada
que no eres nada.
Canción de Amancio Prada
Poema de Agustín García Calvo
1 comentario:
Ayer fue el día de los cantoautores...a mí me dio por escuchar un disco de Silvio Rodríguez que tengo de no se sabe cuándo...y también me sorprendí al vibrar con alguna canción que antes pasaba completamente desapercibida...
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